PSICOLOGÍA DEPORTIVA 1 – La psicología del jinete y la empatía hacia el caballo: el binomio que realmente gana

Psicologia Deportiva 1

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La Psicología del jinete y la empatía hacia el caballo: el binomio que realmente gana

En los deportes ecuestres solemos hablar de técnica, de postura, de entrenamiento… y, por supuesto, de suplementos para caballos, nutrición animal y esos complementos nutricionales que mantienen a nuestros equinos brillantes y con energía. Pero rara vez hablamos de algo que determina tanto el rendimiento como la montura o el mejor pienso del mercado: la psicología del deportista, la empatía hacia el caballo y la Psicologia Deportiva.

Porque sí, por mucho que entrenemos, por mucho que cuidemos el material o por muy “faunny” que parezca ese momento en el que tu caballo decide saltar el obstáculo… hay una verdad indiscutible: este es un deporte de dos. Y si uno no está bien por dentro, el otro tampoco brillará por fuera.

  1. El jinete: ese deportista que a veces se olvida de respirar

Todos hemos visto a jinetes que montan técnicamente bien pero que, cuando llega el momento de la verdad, su mente se convierte en un caos: dudas, miedo, exceso de perfeccionismo… Y claro, el caballo piensa: “Uy, esta persona hoy viene movidita”.

La psicología deportiva nos recuerda que la mente guía al cuerpo. Un jinete que se escucha, se calma, se concentra y acepta que el error forma parte del proceso, tiene mucho más que ganar que aquel que solo busca controlar cada movimiento.
Porque, lo siento, pero todo no depende de ti. Y eso, paradójicamente, es una liberación.

  1. El caballo: un atleta con emociones (sí, muchas emociones)

A veces olvidamos que el caballo no es una máquina de precisión, sino un deportista con sensibilidad, percepciones finísimas y una memoria emocional enorme. Notan nuestra tensión, nuestra duda y nuestras prisas… y responden a ellas.

La empatía hacia el caballo consiste en mirarlo como un compañero, comprender su psicología, aceptar que tiene días mejores y otros no tanto, y asumir que a veces el fallo viene de él… ¡y no pasa nada! Igual que tú un lunes por la mañana.

Cuando entendemos esto, dejamos de obsesionarnos con “corregirlo todo” y pasamos a interpretarlo, que es donde nace la verdadera equitación.

  1. El arte de asumir los fallos (propios y ajenos)

Uno de los grandes retos de los binomios es aceptar el error sin dramatizar. No eres un mal jinete porque hoy se paró en el salto, igual que él no es un mal caballo porque ayer tocó un palo.

La ecuación es simple:

  • Si tú te presionas demasiado → él se tensa.
  • Si tú te ríes del error y sigues → él confía.
  • Si tú creces con los fallos → él también mejora.

La madurez deportiva empieza cuando dejamos de buscar culpables y empezamos a buscar comprensión.

  1. El binomio perfecto nace de la empatía y la constancia

Cuando la psicología del jinete y la del caballo se alinean, todo fluye: las transiciones, los saltos, las reprises y hasta los paseos relajados. Y sí, un buen programa de entrenamiento, unido a una nutrición animal adecuada y suplementos para caballos efectivos, también ayuda a que ambos rindan mejor.

Porque un caballo que se siente bien por dentro trabaja mejor por fuera. Lo mismo que tú cuando desayunas bien y no vas con prisas… El equilibrio, al final, funciona igual en todos los mamíferos.

Consejo Faunny: pensar como equipo, sentir como binomio

La psicología deportiva no es un accesorio, es parte esencial de la equitación.
La empatía hacia nuestro caballo no es un detalle, es la base del deporte.
Y los fallos no son enemigos, son maestros.

Cuando aceptamos que no todo depende de nosotros, que nuestro caballo también siente, piensa y se expresa, y que juntos formamos un sistema emocional y físico… entonces empezamos a montar de verdad.

Y, quien sabe, quizá ese día a nuestro caballo le parezca super Faunny estar con nosotros!

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